Orgullosamente GRINCH

Saludos estimado lector, en esta ocasión no vengo a promulgar la "verdad" sino a darles algunas reflexiones, las cuales tienen que ver con lo escrito en este, mi blog personal, el año pasado. Y que en este momento y dadas las fechas en que nos encontramos me daré a la tarea de compartir.

Dentro de apenas unas horas, llega la Navidad. Esa época en la que se es mas falso con los demás. ¿Acaso por ser Navidad tenemos que cambiar nuestra manera de ser para intentar ser más "agradables"?

No creo que la Navidad entendida como una fiesta decembrina en la que nace el "niño dios" sea una fecha para celebrar.
Y no lo creo, porque bíblicamente, Jesús no nació un 25 de diciembre. De acuerdo con estudiosos de estos temas cristianos, la fecha del nacimiento de Jesús se puede inferir con base en los datos del nacimiento de Juan. No abordaré estos aspectos aquí pero ha quedado demostrado por la ciencia y por la Biblia que Jesús no nació en diciembre.
Sin embargo, las costumbres se imponen. Las tradiciones también. Lo hacen por un propósito: corromper la fe y exponer una tradición como actividad lícita cuando en realidad la fe condena estas tradiciones.

Además, podría incluir una postura crítica que afirma que estas fechas, evidencian con mucho, el abismo existente entre ricos y pobres, entre negros y blancos, entre nacionales e inmigrantes. Entre los poderosos y los vencidos.

Es una fecha clásica para gastar lo que no se tiene, para presumir lo que no existe, para fingir creer cuando se es incrédulo. Pero también es una fecha que vierte cientos de historias. Para cada creencia, la Navidad es un motivo, no un fin y en eso estriba el error y mi falta de solidaridad con las fiestas decembrinas.

Millones de arbolitos de navidad cortados sin ninguna conciencia ecológica y sin pensar en el daño que hacemos a la naturaleza y por consiguiente a nosotros mismos, todo por un estúpida tradición para que luego acaben tirados en la basura o en cualquier lado, luces por toda la ciudad para intentar disfrazar anuncios de paz y hermandad que después de nada valdrán.

Las ciudades se transforman en gigantes luminosos atestadas de gente con bolsas yendo de un lado para otro, mientras en la televisón y los periódicos nos bombardean con anuncios dándonos ideas en las cuales gastar nuestro aguinaldo (eso los que tengan la suerte de tener un trabajo y por lo tanto poder tenerlo). Pero, ¿cuál es el sentido de la navidad?

El motivo es el regalo, no el amor. El motivo es la cena, no la convivencia. El motivo es el gasto consumista, no la necesidad de adquirir un bien en particular. El motivo es el vino, la cerveza, el tequila, no la construcción del espíritu humano. El motivo no es la gloria para Dios, sino el quitársela bajo otros parámetros. El motivo es hacer evidente que los ricos viajan a cualquier parte del mundo mientras que los pobres deberán de consolarse con estar en sus casas.



Diciembre y sus fiestas, me recuerdan que el último mes del año es el de más alto consumo de electricidad en los hogares mexicanos. Lamentable, si consideramos que el nuestro es un país en donde la gasolina y la electricidad cuestan cada vez mas.

Este mes, corrompido por los poderosos y por las instituciones humanas, es el mes en el que más negocios en la política se hacen. Aquí se reparte el presupuesto sin ningún elemento de eficacia, eficiencia, transparencia y orden público. Es el motivo perfecto para discusiones políticas huecas. Aquí, los dueños del dinero aprovechan para cobrar facturas a los políticos en todos los niveles.

Los detalles que se regalaban antes han dado paso a computadoras, consolas de videojuegos, televisiones…etc. Los regalos ya no se miden por su significado, sino solo por su dinero o alto costo. Por todos lados se nos recuerda que estamos en navidad. No para que seamos felices, no para recordar las creencias religiosas de nadie, no para unirnos a nuestra familia y a nuestra gente, sino para que no nos olvidemos de comprar.

Los regalos, la lotería, las cenas, y porque no, que nos demos un caprichito para nosotros, pero ante todo comprar. Se le recuerda al que no tiene dinero que eso da igual, que nadie se va a acordar de él por sentimientos familiares o amistosos, que si quiere ser alguien en estas fiestas tiene que comprar y regalar. Desde las administraciones públicas y los centros comerciales se hace un gran esfuerzo para recordarnos a todos cual es el nuevo espíritu navideño, y que vayamos preparando las tarjetas de crédito.

Si durante todo el año no he saludado a gente que para mí, "ni me va ni me viene", porque simplemente no entran en mi vida para nada, ya han salido de ella, o ha sido decisión mía alejarme de ellas; ¿Por qué ahora iba a ser distinto? ¿Acaso tengo que desearle feliz navidad a mis enemigos para que santa o los reyes magos me traigan un regalo?...

Creo que si deseamos que alguien tenga Feliz Navidad, tiene que ser porque nos nace del corazón, porque sentimos que esa persona merece pasar unas felices fiestas y entrar en un año lleno de alegría y buenas esperanzas, o porque simplemente te da la gana, pero a esas personas que nos han hecho daño, que nos han fallado, que nos han traicionado, o incluso nos han deseado el mal en alguna ocasión... ¿Desearles feliz navidad? ¿Por qué o Para qué?...

La navidad es para compartirla con la familia, y con los verdaderos amigos, ¿No?. Esos que saben estar ahí cuando los necesitas, y los que no te traicionan en cualquier otra fecha y en diciembre por ser navidad, ya quieren hacer las paces....putos hipócritas.

Y hablando de las familias, ¿qué ocurre con ellas, con la solidaridad?.

Muchos me podrán objetar que las familias se juntan, que los parientes que no se ven en mucho tiempo pasan una o dos noches juntos. Al fin y al cabo algo persiste del sentimiento original de estas fiestas, pero realmente, ¿qué sentimiento familiar es el que hay?.

"Familiares" que invaden la intimidad de nuestros hogares atraídos por el compromiso de estas fechas tan señaladas y que en muchos de los casos vienen a huevo.
 
Familias rotas, muchas de ellas por el dinero, por hijos que no han heredado lo que querían, por hermanos que no han compartido lo que los otros exigían, por traiciones, abuelos olvidados en este pozo sin fondo de materialismo y egoísmo.

Familias que tratan de fingir por una noche que son realmente familias, aunque en la mayoría de los casos se reduzca a una competición para ver quién ha conseguido durante el año mejores coches, casas, trabajos, etc.

Atracones de comida, sentimientos fingidos y falsos, y al día siguiente todo olvidado, nuevamente cada uno con su vida, a pensar que es lo próximo que se pueda comprar, o cual es la forma más rápida de conseguir dinero, aunque sea pisando a tu propio hermano o padre.

Creo que muchas personas han perdido el verdadero significado de las navidades. Yo no quiero que la gente que durante todo el año ni me han dedicado una palabra ni una sonrisa de buenos días, ahora me vengan con eso de "Feliz Navidad"....no mamen... ¿en serio?...

Creo que la gente está tan idealizada que en navidad hay que ser "Buenas Personas" y un poco más comprensibles, al fin y al cabo, "es navidad"....



Basta de falsedad e hipocresía, que porque sea navidad no significa que tengamos que ser "amigos de todos". Si durante el resto del año no somos nada, ¿Para qué serlo ahora?...¿Navidad o Falsedad? ¿Qué diferencia hay?....

¿Por qué no me gustan las fiestas decembrinas?.
Porque representan verdad cuando son mentiras, amor cuando son odio, transparencia y equidad cuando son corrupción pura.

Porque la Navidad se ha convertido en un motivo y no un fin, un pretexto y no una razón.




















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